miércoles, 18 de diciembre de 2013

Si quieres, en el FabLab puedes

 La semana pasada realicé una visita al FabLab de Sevilla aconsejado por mis compañeros de Guadatech Laura y Diego y he quedado tan maravillado que no podía dejar la ocasión de realizar una entrada en el blog contando mi experiencia. La única información previa que tenía de qué era un FabLab, fue la que conseguí a través de este blog, ya que no quería influenciarme y quería vivir aquello como una experiencia nueva y ver qué me aportaba como arquitecto.




En esta visita he conocido muchos alumnos, recién licenciados, profesores y gente ajena a la universidad que se han pasado por el FabLab y con los que he intercambiado opiniones.  


Entre ellos se encontraban los recién licenciados Carlos y Cristina, que estaban realizando unas maquetas para una exposición en colaboración con la Universidad Pomona de California. Me estuvieron enseñando su manera de trabajar, intercambiamos opiniones sobre el futuro del arquitecto y Carlos me enseñó su proyecto final de carrera. Realizó unos renders extraordinarios y me recomendó algunas páginas webs y tutoriales para aprender 3DStudio y Photoshop avanzado. Me comentaron que ellos habían construido una de las maquetas de la exposición de la entrada, el teatro de marionetas, y ya me introdujeron un poco en el mundo de Rhinoceros y Grasshopper, programas que en la ETSA de Granada habré escuchado 2 veces y simplemente algún comentario por el pasillo.


Mientras hablábamos, Cristina estaba con algo que a mi me parecía una fuente de alimentación, cuando le pregunté qué era lo que estaba haciendo con esos cables me dijo "me estoy haciendo mi impresora 3D". Mi sorpresa fue mayúscula, ¿cómo una persona con mis mismos conocimientos de recién licenciado en arquitectura, sin tener ni idea de electrónica ni circuitos, puede hacerse una impresora 3D por su cuenta?. En el FabLab es posible, como me demostraron unos días después los miembros de @LaResidenciaCC  , arquitectos recién licenciados y antiguos colaboradores del FabLab que actualmente se dedican a divulgar lo aprendido. Ellos también se estaban montando su impresora 3D y habían ido al FabLab a fabricarse unas piezas que les faltaban. Me contaron que casi te puedes crear tu propia impresora teniendo otra previamente, ya que gran parte de las piezas se encuentran digitalizadas en internet y las puedes imprimir en la impresora 3D.



En esos días también conocí a un alumno de arquitectura que se estaba creando su propia pantalla táctil. Es increible la cantidad y la disparidad de inquietudes de los alumnos y todas ellas se llevan al FabLab. Este alumno me estuvo contando como utilizaba Revit y Rhino en sus proyectos, cómo lo había aprendido. También me habló de otros programas de estructuras que nada tenían que ver con el Cype tan idolatrado en la ETSA de Granada y me enseñó su último descubrimiento, "Lumion" un programa para realizar una animación de tu proyecto.


Como resultado de esta visita saco la conclusión de que el FabLab situado en la ETSA de Sevilla es un espacio de intercambio cultural y de información entre alumnos, arquitectos recién licenciados y colaboradores. Un espacio que debería haber en cada escuela de arquitectura, e incluso en cada barrio, donde los alumnos o vecinos con inquietudes pudieran debatir sobre los diferentes proyectos propuestos y colaborar entre ellos. Como dice Juan Carlos Pérez "el talento es el que entra por la puerta", sin estas personas, por muchas máquinas que se compraran, el FabLab no pasaría de ser un taller de maquetas con una cortadora láser.


Autor: Daniel Henández Cáceres 


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